Prolapso Pélvico
Un prolapso de órganos pélvico es un descenso de las vísceras que ocupan la pelvis (vejiga, útero o recto). Cuando desciende o se prolapsa la vejiga hablamos de cistocele, cuando desciende la uretra hablamos de uretrocele, cuando se prolapsa el útero hablamos de histerocele y cuando se prolapsa el recto hablamos de rectocele.
La mayoría de las personas que sufren de prolapsos pélvicos suelen presentar una sintomatología muy variada asociada a las disfunciones del suelo pélvico (incontinencia urinaria, incontinencia fecal, problemas sexuales, etc, (dependiendo del órgano prolapsado) pero la más común es la sensación de peso o molestia vaginal, de tampón mal puesto.
Hay varios factores de riesgo que influyen en la aparición de un prolapso pélvico:
- Edad
- Factores genéticos
- Embarazos
- Partos, tanto vaginales como cesáreas
- Cirugías pélvicas (de la región abdominal y/o perineal)
- Obesidad
- Estreñimiento, esfuerzos físicos repetidos
- Actividad física de impacto (aeróbic, correr, abdominales clásicos, …)
- Problemas respiratorios crónicos como bronquitis, alergias…
Estas vísceras puede presentar diferentes grados de prolapso:
- Grado I: se puede notar que la vagina es más pequeña y puede ocasionar molestias durante la penetración y cierta dificultad para insertar tampones.
- Grado II: se siente un peso dentro de la vagina, sobre todo cuando se está cansada y al realizar un esfuerzo. La penetración puede ser molesta o dolorosa, y los tampones se salen de la vagina.
- Grado III/IV: alguno de los órganos se sale de la vagina. La mujer necesita introducirlo para orinar y defecar. Resulta difícil la penetración.
En los prolapsos de grado I y II es en los que mejores resultados obtenemos con la fisioterapia ya que con la rehabilitación conseguimos reducir y/o detener el descenso del prolapso. En cambio, el grado III/IV es quirúrgico ya que el órgano está totalmente prolapsado en el exterior de la vagina pero, a pesar de ser quirúrgico es importante fortalecer mediante la fisioterapia del suelo pélvico todas las estructuras musculares para así evitar que vuelvan a caer. Siempre teniendo en cuenta que la fisioterapia interviene en los casos de prolapsos leves.